lunes, 18 de febrero de 2013

Artículo de "El Rezaor 2013"

REFLEXIONES SOBRE EL APOSTOLADO
Ante todo, felicito y doy la enhorabuena a mi sobrino Florencio Jesús, que en las últimas elecciones ha sido elegido Hermano Mayor de nuestra cofradía; en cumplimiento de los estatutos de la misma.
            Cuando me puse a preparar ésta tarea, dudé sobre cómo  podía enfocar mi artículo, pues pensé que sobre la Cofradía de los Apóstoles ya estaba todo dicho y contado,  por lo que poco hay que añadir. Así que decidí hacerlo desde un punto de vista didáctico, desde el que quizás haya cosas que se desconocen más y,  es el que mejor se adapta a mi profesión de maestro.
            Lo voy a hacer deteniéndome en tres aspectos fundamentalmente: el origen de la palabra Apóstol, la elección del Apostolado y el porqué fueron doce los elegidos.
El Nombre
            La palabra “apóstol”, del griego “apostello”, tiene un significado etimológico muy general “enviar”. “Apostolos” (apóstol) indica una persona que es enviada. En otras palabras, significa una persona a la que se le confía una misión.
            No es frecuente el uso de esta palabra en el Antiguo Testamento, aparece una sola vez. Por el contrario, en el Nuevo Testamento aparece cerca de ochenta veces y no siempre es usada para nombrar a todos los discípulos del Señor, sino a aquellos pocos que fueron llamados de forma especial.
            Es obvio pensar que Jesús, que hablaba un dialecto arameo, diera a sus discípulos un nombre arameo “seliah”. La palabra apóstol podría ser una traducción exacta de la palabra seliah = apostello.
            El nombre “apóstol” señala principalmente a aquellos doce discípulos que fueron llamados por Cristo para llevar a cabo una misión especial. En los Evangelios, con frecuencia esos doce elegidos eran indicados con las palabras “mathetai” (los discípulos), “dodeka” (los doce) y, después de la traición de Judas, “hendeka” (los once).
            El nombre de apóstol aparece pocas veces con ese significado en los Evangelios, sólo una vez en Mateo y Marcos. Pero en los demás libros del Nuevo Testamento, sobre todo en las Cartas de S. Pablo y en los Hechos de los Apóstoles, es frecuente su uso.
Origen del Apostolado
            Los Evangelios muestran cómo, desde el inicio de su ministerio, Jesús llamó a algunos judíos que nombró sus discípulos después de una instrucción y formación muy cuidadosas. Al cabo de un tiempo, durante su ministerio en Galilea, eligió a doce a los que, según dicen Marcos (3,14) y Lucas (6,13), “llamó apóstoles”. Así pues, el origen del apostolado está en un nombramiento especial del Señor para una función peculiar, que conlleva cierta autoridad y deberes.
            El nombramiento de los doce Apóstoles es contado por tres evangelistas (Mc. 3,13-19; Mt. 10,1-4; Lc. 6,12-16) utilizando casi las mismas palabras, haciendo que las tres narraciones sean literariamente dependientes una de otra. Solamente hay diferencias entre ellas en lo que se refiere a los acontecimientos narrados a continuación.
¿Por qué fueron doce los apóstoles?
            El tema puede tener una doble visión. Por un lado, el doce tiene algo de cifra mágica, pues es el número más bajo divisible por dos, por tres y por cuatro, y además también por seis.
            Ahora bien, por otro lado, el carácter mágico del número doce no es la verdadera razón que lleva a Jesús a elegir doce colaboradores, sino otra bien diferente. Y es que doce son los apóstoles como doce son los descendientes de Jacob, como nos cuenta el libro del Éxodo. Doce son también, en consecuencia, las tribus de Israel, pues éstas se formaron con los descendientes de cada uno de los hijos de Jacob.
            La Nueva Alianza que va a sellar Jesús con su sangre y que sentencia en su última cena, la firma Jesús con las doce tribus que procederán de la labor evangélica de estos doce nuevos patriarcas de Israel, sus doce apóstoles. Una nueva prueba es la declaración solemne que realiza ante sus doce elegidos en la que nos da la clave definitiva sobre este número:
“Yo os aseguro que vosotros que me habéis seguido en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en su trono de gloria, os sentaréis también vosotros en doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.” (Mt. 19,28).
                                                                                  José Fº Cantero Caballero

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